Para España, la pérdida de las colonias en 1898 tuvo una repercusión bastante fuerte. Esta situación hizo que dicho territorio iniciase el siglo XIX con una una gran negatividad y un pesimismo muy abundante en la sociedad española.
Se trata de la pérdida de tres dominios que constituían un inmenso imperio colonial, hablamos de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La pérdida se da mediante el Tratado de París, firmado el 10 de Diciembre de 1898, que hizo que finalizara la guerra hispano-estadounidense .
Trás este tratado, la isla de Cuba se proclamó república independiente aunque quedó bajo la tutela de Estados Unidos; Puerto Rico, Filipinas y Guam pasaron a ser dependencias coloniales de Estados Unidos.
Como he señalado al principio del texto, España se enfrenta a unos años muy duros tras la pérdida de dichas colonias, que se da en un momento de revitalización del imperialismo europeo y americano y en la que el gobierno aparecía como el que había metido a este territorio en dicha catástrofe. Esta situación dio origen a la necesidad de una serie de cambios con la intención de una mejora ante estas graves circunstancias. La sociedad española quería una transformación en las condiciones de vida de los españoles y en su
educación; en la organización social, económica y en su política interior y exterior. Lo que buscaban era recuperar el prestigio que habían perdido.
Estos cambios se notarán más adelante con el reinado de Alfonso XIII, aunque no le será fácil resolver dicha situación y se encontrará con un periodo de crisis (la más importante producida durante el sistema de Restauración).
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